Podríamos decir que la monja ha encontrado sobre ese teclado improvisado su clave de sol. En realidad tan solo descansa y se calienta. Pero la foto incluye ambas maneras de expresar ese momento.
Las mejores fotos son las ambiguas. La monja se calentaba al sol, mientras los demás escuchábamos las explicaciones de un robot parlante, así de crudo.
Gran foto. Gran momento.
ResponderEliminarGracias.
Era la monja cicerone, la que nos enseñaba el convento, la parte que se enseñaba, vamos.
ResponderEliminarUn abrazo
La foto tiene gran ritmo.
ResponderEliminarGracias, Ángel. Y ahora: ¿qué quieres decir con ritmo?
ResponderEliminar¿Sin título? pues aquí va uno: "La meditación de la monja a la sombra de un alero en una soleada tarde de agosto"
ResponderEliminar¡Excelente imágen!
Recién aterrizada en casa, Besos
Bueno, una mañana de noviembre, pero podría ser de agosto, sin duda.
EliminarUn abrazo
Ese sol apetece, hasta diría que se siente porque en los claustros hace frío. Me gusta por eso y porque la monja es mayor y parece estar pensando...
ResponderEliminarEstabas allí, y tu interpretación es la más realista y verosímil, sin duda. Un beso.
EliminarPodríamos decir que la monja ha encontrado sobre ese teclado improvisado su clave de sol. En realidad tan solo descansa y se calienta. Pero la foto incluye ambas maneras de expresar ese momento.
ResponderEliminarLas mejores fotos son las ambiguas. La monja se calentaba al sol, mientras los demás escuchábamos las explicaciones de un robot parlante, así de crudo.
EliminarUn abrazo
" Miña pobre" ( pobre mía) disfrutando del maravilloso sol de invierno. Qué paz!!
ResponderEliminar¿Qué indujo a esta monja a entrar en el convento? Eso me gustaría saber.
EliminarUn abrazo
El estatismo de la monja y el sol, que se mueve. Así pasa el día, la vida.
ResponderEliminarNosotros quietos y la vida pasando. A veces, claro.
ResponderEliminarUn abrazo, Pedro