Cuando era crío, Nán, en las Fiestas del Pilar de Zaragoza había un espectáculo que se llamaba "La mujer sin cuerpo". ¿Cómo no me voy a acordar de eso viendo esta "cabeza"?
Uh, ¡fantasmagórica! He tenido que mirar varias veces la imagen. Me parece una composición arriesgada, pero funciona, no sé muy bien cuál es el motivo, pero queda genial. ¿Una pega? Tal vez que la pared blanca se ve demasiado blanca, pero qué difícil solucionar esto... Esperar a que hubiera menos luz habría conllevado que el escaparate quedara demasiado oscuro.
A mí esta foto me gusta, por lo extraña que es, y por la reflexión que suelo hacerme ante imágenes como ésta: "Esto sucede a pocos metros de donde vivo, por lo tanto, hay mucho más de lo que veo".
Ella nos mira.
ResponderEliminarMiro a ella y me pregunto de donde viene mi asociación con una persona muerta y la ceremonia de un funeral.
la chica de la boina me produce "terror"
ResponderEliminarQué foto mász inquietante. La verdad es que da un poco de yuyu
ResponderEliminarQue bueno ese reflejo del cristal que de alguna manera hace mas atractivo lo que se esconde dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Inquietante. Me gusta cómo el reflejo de la pared le crea una textura singular.
ResponderEliminarDe la apariencia de la cabeza, y sobre todo de la mirada, creo, me impresionaba siempre que pasaba por allí.
ResponderEliminarUn abrazo, Giovanni
Cuando era crío, Nán, en las Fiestas del Pilar de Zaragoza había un espectáculo que se llamaba "La mujer sin cuerpo". ¿Cómo no me voy a acordar de eso viendo esta "cabeza"?
ResponderEliminarUn abrazo
Hemos visto, Miguel, muchas películas de miedo, también eso cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que tienes razón, Luis, aunque lo que más me llama la atención es la cabeza.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, David. No deja de asombrarme el criterio de la dueña de la tienda para pensar que ese escaparate era normal.
ResponderEliminarUn abrazo
Uh, ¡fantasmagórica! He tenido que mirar varias veces la imagen. Me parece una composición arriesgada, pero funciona, no sé muy bien cuál es el motivo, pero queda genial. ¿Una pega? Tal vez que la pared blanca se ve demasiado blanca, pero qué difícil solucionar esto... Esperar a que hubiera menos luz habría conllevado que el escaparate quedara demasiado oscuro.
ResponderEliminarCal.
A mí esta foto me gusta, por lo extraña que es, y por la reflexión que suelo hacerme ante imágenes como ésta: "Esto sucede a pocos metros de donde vivo, por lo tanto, hay mucho más de lo que veo".
ResponderEliminarUn saludo, Cal