Es un juego constante, cuando caminas durante el Camino de Santiago, el de las luces y las sombras, muchas veces tu propia sombra. Creo que en este caso somos mi hija y yo.
Estupenda composición, José Luis: parece que podría doblarse por la mitad en un ejercicio de papiroflexia visual y quién sabe que figura obtendríamos. Un abrazo.
Andar fijándose es un ejercicio que practicamos ambos, y el Camino de Santiago es un momento especialmente agradable para hacerlo, porque hay tiempo para fijarse y para dejar de fijarse también.
Lo de arriba (vertical) juntado con lo de abajo (horizontal) por medio de sol y sombra.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un juego constante, cuando caminas durante el Camino de Santiago, el de las luces y las sombras, muchas veces tu propia sombra. Creo que en este caso somos mi hija y yo.
EliminarUn abrazo
¡Qué buena!
ResponderEliminarGracias, Jesús. Un abrazo.
EliminarSombras entre sombras, camino entre caminos.
ResponderEliminarBesos besos
(algún día he de hacer algún trozo, ya me he puesto a ello)
Es una experiencia muy recomendable, a cualquier edad y situación.
EliminarUn abrazo, virgi.
Estupenda composición, José Luis: parece que podría doblarse por la mitad en un ejercicio de papiroflexia visual y quién sabe que figura obtendríamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Andar fijándose es un ejercicio que practicamos ambos, y el Camino de Santiago es un momento especialmente agradable para hacerlo, porque hay tiempo para fijarse y para dejar de fijarse también.
EliminarUn abrazo