¡Qué composición, José Luis! no se puede pedir más, bueno, si acaso la popa del barco, pero a quién le importa la popa ante esa carrera del niño rompiendo con todas las simetrías, con todas las composiciones, y completándolas.
Prima lo horizontal sobre lo vertical. El barco volvía cada quince minutos y desembarcaban ciclistas, peregrinos y bañistas en general, así que tuve tiempo de pensármela. Es en Santoña.
Tanto la de Santander como la del Camino de Santiago, este año en los alrededores de Ponferrada, han ido muy bien, como siempre.
Un abrazo
PS: no te negaré que desde que te conozco miro los "asuntos del mar" de otra manera, con mucha más atención, tanto lo que ocurre en el agua como lo que ocurre fuera de ella pero cerca. La serie con la barca y las niñas no la habría hecho si no sintiera curiosidad por eso.
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ResponderEliminar¡Qué composición, José Luis! no se puede pedir más, bueno, si acaso la popa del barco, pero a quién le importa la popa ante esa carrera del niño rompiendo con todas las simetrías, con todas las composiciones, y completándolas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Prima lo horizontal sobre lo vertical. El barco volvía cada quince minutos y desembarcaban ciclistas, peregrinos y bañistas en general, así que tuve tiempo de pensármela. Es en Santoña.
EliminarUn abrazo
Qué imagen tan curiosa...
ResponderEliminarEspero que tu escapada al norte vaya o haya ido muy bien, José Luis.
Tanto la de Santander como la del Camino de Santiago, este año en los alrededores de Ponferrada, han ido muy bien, como siempre.
EliminarUn abrazo
PS: no te negaré que desde que te conozco miro los "asuntos del mar" de otra manera, con mucha más atención, tanto lo que ocurre en el agua como lo que ocurre fuera de ella pero cerca. La serie con la barca y las niñas no la habría hecho si no sintiera curiosidad por eso.