Por una vez, la huella del hombre es hermosa y suma, desde su esquinita, la belleza brutal de la naturaleza. Me podría pasar horas mirando esta foto. Y días o semanas contemplando el paisaje real.
Seguramente no es casualidad que el Santuario de Torreciudad, al que pertenece la esquina de la que hablas, esté situado allí. El domingo, un día realmente desapacible, acuérdate, estuvimos allí. Su organista, una mujer, es muy competente y a veces incluso improvisa.
Bellísima estampa! Es un paisaje relajante que muestra toda la grandeza de lo natural que, junto con la construcción de la izquierda, forman una imagen preciosa ¡me gusta mucho! Un abrazo.
Estamos acostumbrados a las simetrías horizontales o verticales, pero las diagonales son más raras y curiosamente producen una sensación de giro, o sea, de querer darle la vuelta al paisaje y comprobar si todo sigue siendo lo mismo, si los planos son intercambiables. Y al mismo tiempo esa estructura superior crea una sensación de vacío y de profundidad muy potente. Interesante paisaje en definitiva, y además en b/n.
Gracias por tu comentario, Xuan. En blanco y negro me parece más fácil hacer determinado tipo de fotos, y el margen de equivocación es menor, o eso me parece.
Una tarde hace más de 30 años viendo ese mismo paisaje se me apagó el horizonte y me quedé encerrado sin comprender la edad adulta ni los paisajes abiertos.
Por una vez, la huella del hombre es hermosa y suma, desde su esquinita, la belleza brutal de la naturaleza. Me podría pasar horas mirando esta foto. Y días o semanas contemplando el paisaje real.
ResponderEliminarSeguramente no es casualidad que el Santuario de Torreciudad, al que pertenece la esquina de la que hablas, esté situado allí. El domingo, un día realmente desapacible, acuérdate, estuvimos allí. Su organista, una mujer, es muy competente y a veces incluso improvisa.
EliminarUn abrazo
Un abrazo
Gracias, Montse, un abrazo.
EliminarBellísima estampa!
ResponderEliminarEs un paisaje relajante que muestra toda la grandeza de lo natural que, junto con la construcción de la izquierda, forman una imagen preciosa ¡me gusta mucho!
Un abrazo.
Estamos acostumbrados a las simetrías horizontales o verticales, pero las diagonales son más raras y curiosamente producen una sensación de giro, o sea, de querer darle la vuelta al paisaje y comprobar si todo sigue siendo lo mismo, si los planos son intercambiables. Y al mismo tiempo esa estructura superior crea una sensación de vacío y de profundidad muy potente. Interesante paisaje en definitiva, y además en b/n.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu comentario, Xuan. En blanco y negro me parece más fácil hacer determinado tipo de fotos, y el margen de equivocación es menor, o eso me parece.
EliminarUn abrazo
El verdadero norte. A mí me relaja más el mar, con un horizonte que termina de verdad, aunque esa verdad es también relativa.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy más acostumbrado a la montaña, donde la vista acaba también, de manera distinta al mar, pero acaba.
EliminarUn abrazo
Una tarde hace más de 30 años
ResponderEliminarviendo ese mismo paisaje
se me apagó el horizonte
y me quedé encerrado
sin comprender la edad adulta
ni los paisajes abiertos.