Cuántas veces, en viajes prolongados, la parada en una gasolinera pequeña y aislada ha sido la forma de sentirme en el campo durante unos minutos, después de haber repostado.
Hablas de otros tiempos y otras carreteras, sin duda, antes de 1982. Algunos de los que voté ese año aparecieron, a los pocos meses, incluso días, con unos coches nada izquierdosos, por cierto, de ahí, en parte, mi escepticismo general respecto a los políticos locales o comarcales: no me creo nada. No creas que han cambiado mucho.
A lo que vamos. Binéfar (Huesca) y Almacelles (Lleida) distan entre sí unos quince kilómetros. Entre ellos hay: dos gasolineras abandonadas porque hicieron la autopista; un bar-panadería con granjas adosadas y bastante movimiento diario; un apeadero apenas utilizado para otra cosa que no sea parking de trenes o vagones; una discoteca rural con ínfulas modernas en desuso; una casa habitada por emigrantes del este, creo; varias granjas vacunas gigantescas; varias granjas de cerdos, creo, abandonadas, una deshidratadora de alfalfa; una empresa gigantesca para el pienso del ganado... y muchas cosas que me dejo por ahora. Ese es mi mundo del mediodía.
Lo que ocurre es que cuando paso por esas carreteras no hay apenas nadie, están terminando de comer, quizás, y no es imprescindible que corra. Por eso miro.
Hay campos enormes con enormes artilugios para regar, que se mueven lentamente; en algunos momentos veo la vía del tren a un lado y la autovía a otro, yo en el medio; montañas de neumáticos, ya sabes; una roulotte donde creo que vive permanentemente alguien que trabaja en una de las enormes fincas de ganado vacuno; campos anexos a las granjas ocupados por maquinaria en desuso; grupos de hasta seis granjas seguidas formando como urbanizaciones de ellas, cerca y lejos de la carretera; almacenes como el de, Nán, "Nitrato de Chile", reconvertido hace un par de años, aparentemente, en cámara frigorífica para fruta; restos de un campo de Pin Ball (creo que se llama así, hace unos años fue utilizado durante una semana como campamento gitano); una enorme empresa de fertilizantes que, por su apariencia, parece inofensiva, aunque no lo creo; un complejo hotelero ya no utilizado, grande, con una noria decorativa enorme en la que se posan, por las noches, las cigüeñas... y más cosas, algunas las veis en fotos, a veces. Esa es la N- 240 entre Binéfar y Almacelles. Otro día más.
Cuántas veces, en viajes prolongados, la parada en una gasolinera pequeña y aislada ha sido la forma de sentirme en el campo durante unos minutos, después de haber repostado.
ResponderEliminarAquí los dos aspectos se mezclan muy bien.
Hablas de otros tiempos y otras carreteras, sin duda, antes de 1982. Algunos de los que voté ese año aparecieron, a los pocos meses, incluso días, con unos coches nada izquierdosos, por cierto, de ahí, en parte, mi escepticismo general respecto a los políticos locales o comarcales: no me creo nada. No creas que han cambiado mucho.
ResponderEliminarA lo que vamos. Binéfar (Huesca) y Almacelles (Lleida) distan entre sí unos quince kilómetros. Entre ellos hay: dos gasolineras abandonadas porque hicieron la autopista; un bar-panadería con granjas adosadas y bastante movimiento diario; un apeadero apenas utilizado para otra cosa que no sea parking de trenes o vagones; una discoteca rural con ínfulas modernas en desuso; una casa habitada por emigrantes del este, creo; varias granjas vacunas gigantescas; varias granjas de cerdos, creo, abandonadas, una deshidratadora de alfalfa; una empresa gigantesca para el pienso del ganado... y muchas cosas que me dejo por ahora. Ese es mi mundo del mediodía.
Un abrazo
Otra vez muy Riosiano. Tu mundo del mediodía es muy rico.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que ocurre es que cuando paso por esas carreteras no hay apenas nadie, están terminando de comer, quizás, y no es imprescindible que corra. Por eso miro.
EliminarHay campos enormes con enormes artilugios para regar, que se mueven lentamente; en algunos momentos veo la vía del tren a un lado y la autovía a otro, yo en el medio; montañas de neumáticos, ya sabes; una roulotte donde creo que vive permanentemente alguien que trabaja en una de las enormes fincas de ganado vacuno; campos anexos a las granjas ocupados por maquinaria en desuso; grupos de hasta seis granjas seguidas formando como urbanizaciones de ellas, cerca y lejos de la carretera; almacenes como el de, Nán, "Nitrato de Chile", reconvertido hace un par de años, aparentemente, en cámara frigorífica para fruta; restos de un campo de Pin Ball (creo que se llama así, hace unos años fue utilizado durante una semana como campamento gitano); una enorme empresa de fertilizantes que, por su apariencia, parece inofensiva, aunque no lo creo; un complejo hotelero ya no utilizado, grande, con una noria decorativa enorme en la que se posan, por las noches, las cigüeñas... y más cosas, algunas las veis en fotos, a veces. Esa es la N- 240 entre Binéfar y Almacelles. Otro día más.
Un abrazo, Giovanni