Los ojos de los caballos, como las vacas de Medem nos llevan desde aqui al otro lado del espejo, donde las ciudades se hacen monte bajo y las avenidas sendas de yerba mojada.
Ya estamos en esta esquina entre dos ríos donde nació esta patria sin himnos ni banderas. Entalto compañero.
Los ojos de los caballos,
ResponderEliminarcomo las vacas de Medem
nos llevan desde aqui
al otro lado del espejo,
donde las ciudades se hacen
monte bajo
y las avenidas
sendas de yerba mojada.
Ya estamos en esta esquina
entre dos ríos
donde nació
esta patria sin himnos ni banderas.
Entalto compañero.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar