Hace un rato, leyendo una entrevista (muy interesante) con Wim Wenders, que por lo visto es fotógrafo también, he comprendido una de las cosas que hace que me gusten estas fotos tuyas: las marcas de la gente en el paisaje. En tus paisajes casi nunca hay nadie, pero están profundamente marcados por las personas; son escenarios humanos. Hasta en la desolación de Los Monegros.
Este es el párrafo de la idea (en inglés, lo siento): I am not a landscape photographer. I am interested in people. I am interested in our civilisation. I am interested in what traces we leave in landscapes, in cities and places. But I wait until people have gone, until they are out of the shot. So the place can start talking about us. Places are so much more able to evoke people when people are out. As soon as there is one person in the shot everybody looks at that person. If there is nobody in the shot, the beholder is able to listen to the story of that place. And that’s my job. I try to make places tell their stories about us. So I am not a landscape photographer. I am really interested in people, but my way of finding out things about people is that I do photos about their absence, about their traces. La entrevista completa, aquí: http://www.economist.com/blogs/prospero/2015/10/wim-wenders
Conozco a Wim Wenders de una exposición que hizo en Lleida el año pasado, creo. Está en otro nivel, creo, como muchos. Su campo de acción es... el mundo, tan diferente del campo de acción de muchos de nosotros.¿Cómo va a ser lo mismo?
Bueno, es igual. Estoy de acuerdo en que las fotos siempre hablan de personas, estén o no , eso es algo que he aprendido con los años. Tienes que ir, tarde o temprano, a los Monegros, igual que yo tengo que ir, un día u otro, al norte emocional. He estado en Gijón, hace poco, y er La Coruña, hasta en Santander, realmente en Solares, después de haber leído, deprisa y corriendo, a Pereda. El Norte, como otros lugares, es algo mental, creo, al menos para mí.
Me gusta que la hayas sacado de este lado y me pregunto por qué han dejado espacio para un otro cartel, encima del que está. Es un paisaje facinante y es verdad, el ser humano está presente pero de manera lejana (y tal vez cercana para otros).
Estoy de acuerdo en lo de paisaje fascinante. También es duro, visual y físicamente, pero es el paisaje, para mí, más familiar desde pequeño, aun sin haber vivido allí de manera continua.
Hace un rato, leyendo una entrevista (muy interesante) con Wim Wenders, que por lo visto es fotógrafo también, he comprendido una de las cosas que hace que me gusten estas fotos tuyas: las marcas de la gente en el paisaje. En tus paisajes casi nunca hay nadie, pero están profundamente marcados por las personas; son escenarios humanos. Hasta en la desolación de Los Monegros.
ResponderEliminarEste es el párrafo de la idea (en inglés, lo siento):
I am not a landscape photographer. I am interested in people. I am interested in our civilisation. I am interested in what traces we leave in landscapes, in cities and places. But I wait until people have gone, until they are out of the shot. So the place can start talking about us. Places are so much more able to evoke people when people are out. As soon as there is one person in the shot everybody looks at that person. If there is nobody in the shot, the beholder is able to listen to the story of that place. And that’s my job. I try to make places tell their stories about us. So I am not a landscape photographer. I am really interested in people, but my way of finding out things about people is that I do photos about their absence, about their traces.
La entrevista completa, aquí:
http://www.economist.com/blogs/prospero/2015/10/wim-wenders
Conozco a Wim Wenders de una exposición que hizo en Lleida el año pasado, creo. Está en otro nivel, creo, como muchos. Su campo de acción es... el mundo, tan diferente del campo de acción de muchos de nosotros.¿Cómo va a ser lo mismo?
EliminarBueno, es igual. Estoy de acuerdo en que las fotos siempre hablan de personas, estén o no , eso es algo que he aprendido con los años. Tienes que ir, tarde o temprano, a los Monegros, igual que yo tengo que ir, un día u otro, al norte emocional. He estado en Gijón, hace poco, y er La Coruña, hasta en Santander, realmente en Solares, después de haber leído, deprisa y corriendo, a Pereda. El Norte, como otros lugares, es algo mental, creo, al menos para mí.
Un abrazo.
Esos carteles vacíos y desarmados donde se anuncia, por fin, algo que nunca pasará de moda.
ResponderEliminarEs un embalse, realmentre. Los regadíos son, aquí, algo permanente y que se realiza, sin mucho ruido, desde hace lustros, Xuan.
EliminarUn abrazo.
Me gusta que la hayas sacado de este lado y me pregunto por qué han dejado espacio para un otro cartel, encima del que está. Es un paisaje facinante y es verdad, el ser humano está presente pero de manera lejana (y tal vez cercana para otros).
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo en lo de paisaje fascinante. También es duro, visual y físicamente, pero es el paisaje, para mí, más familiar desde pequeño, aun sin haber vivido allí de manera continua.
EliminarUn abrazo, Giovanni