La juventud se ha ido del sitio donde fui joven Incluso el lenguaje que escuché allí una vez En cadencias que marcharon con eco De una juventud olvidada y el gran cantar Del principio ha caído silente Con las voces que fueron el espíritu de ellas Y sus ausencias no fueron echadas en falta Como aquellas de los pájaros que no retornaron Cada primavera hasta que ya no hubo palabras Para lo que se había ido sino que fue siempre así No tengo forma de decir lo que echo en falta Soy solo aquel que lo echa en falta
Toda toda no, Pedro. Entre Tiedra y Toro quedan muchas hectáreas en que los tractores, desde hace años también en domingo y fiestas de guardar, arañan pero suavemente la tierra. Alguna está sin arañar siquiera.
Tras los surcos ...
ResponderEliminarTRAS LAS VOCES
La juventud se ha ido del sitio donde fui joven
Incluso el lenguaje que escuché allí una vez
En cadencias que marcharon con eco
De una juventud olvidada y el gran cantar
Del principio ha caído silente
Con las voces que fueron el espíritu de ellas
Y sus ausencias no fueron echadas en falta
Como aquellas de los pájaros que no retornaron
Cada primavera hasta que ya no hubo palabras
Para lo que se había ido sino que fue siempre así
No tengo forma de decir lo que echo en falta
Soy solo aquel que lo echa en falta
W.S. Merwin
(traducción Guillermo Ruiz)
Gracias, Guillermo, un abrazo.
EliminarBella foto y bel poema (Tras la voces).
ResponderEliminarAbrazos
Tienes razón, Giovanni. Un abrazo.
Eliminar¿Hemos arañado ya toda la tierra?
ResponderEliminarToda toda no, Pedro. Entre Tiedra y Toro quedan muchas hectáreas en que los tractores, desde hace años también en domingo y fiestas de guardar, arañan pero suavemente la tierra. Alguna está sin arañar siquiera.
EliminarUn abrazo