No vimos a casi nadie en nuestra visita. Realmente fuimos, antes, al yacimiento romano de Labitolosa, algo que teníamos pendiente desde hace años. Mi mujer dijo que un pueblo en el que los gatos parecen campar a sus anchas es un pueblo con pocos habitantes. Y probablemente tiene razón. En fin, está cerca de Barbastro y eso le favorece. Sus casas, en realidad, no están abandonadas sino más bien esperando a que llegue el verano.
Me gusta tu mirada en esta fotografía: las líneas diferentes, el color de la pared, la planta y el gato, receloso y a punto de marcharse...
ResponderEliminarNo vimos a casi nadie en nuestra visita. Realmente fuimos, antes, al yacimiento romano de Labitolosa, algo que teníamos pendiente desde hace años. Mi mujer dijo que un pueblo en el que los gatos parecen campar a sus anchas es un pueblo con pocos habitantes. Y probablemente tiene razón. En fin, está cerca de Barbastro y eso le favorece. Sus casas, en realidad, no están abandonadas sino más bien esperando a que llegue el verano.
ResponderEliminarUn abrazo