Pusieron un caballo en el mismo lugar en el que durante muchos años se colocaba un fotógrafo ambulante de aquellos que había por los años cincuenta y también más tarde en las ciudades pero también por los pueblos. Me parece una buena idea, sigue siendo un lugar en el que sobre todo los niños se suben al caballo y se les hacen fotos. En este caso mi mujer.
tiene cara de plantearse ponerle una mascarilla al pobre caballo, cómo si hubiese hecho algo para merecerlo ;)
ResponderEliminarPusieron un caballo en el mismo lugar en el que durante muchos años se colocaba un fotógrafo ambulante de aquellos que había por los años cincuenta y también más tarde en las ciudades pero también por los pueblos. Me parece una buena idea, sigue siendo un lugar en el que sobre todo los niños se suben al caballo y se les hacen fotos. En este caso mi mujer.
ResponderEliminarah, muy buena, sabía yo que había una historia tras la foto ;)
ResponderEliminarotros tiempos, otras profesiones, ¿verdad? El afilador, el que traía el hielo... ahora todo es más cómodo, pero se ha perdido un poco la gracia.