Siempre he pensado que el tranvía, como el mar, cambia el aspecto de las ciudades... y cuando cambian las personas, cambian las personas que las habitan.
Zaragoza ha cambiado mucho desde que la dejé, hace más de treinta años. Hoy es otra ciudad, y las gentes también, no conozco a casi nadie.Un abrazo
Siempre he pensado que el tranvía, como el mar, cambia el aspecto de las ciudades... y cuando cambian las personas, cambian las personas que las habitan.
ResponderEliminarZaragoza ha cambiado mucho desde que la dejé, hace más de treinta años. Hoy es otra ciudad, y las gentes también, no conozco a casi nadie.
EliminarUn abrazo