La foto tiene algo, pero cuesta bastante identificarlo claramente. Parece que el interés visual está en el lado izquierdo, que es donde suceden las cosas, aunque no todo está en ese lado. Son agradables las formas, también las de los surcos, y, en general, el contraste entre blancos y negros, o grises. Tanto la casa como el árbol (único), y también el campo que los rodea son elementos conocidos por todos, habituales en cualquier sitio, aunque peculiares también en cada sitio. Sugieren algo conocido, y, para alguien de ciudad, pueden evocar una vida distinta, o una vida como la de los cuentos infantiles. Hay otro aspecto: ¿por qué sólo hay un árbol?. Seguramente han ido desapareciendo otros que debía de haber. Es poco probable que siempre haya habido sólo uno, y la casa no estuviera algo más protegida. Ahora no es probable que viva nadie, pero hace tiempo sí. Un comentarista de Jesús Miramón, Portorosa, escribía en su blog (Un hombre sentado en una silla, se llama, en Galicia) sobre el hecho de que personas mayores que conoció no hubieran ido nunca al mar, a pesar de vivir a menos de cinco kilómetros. Por esta zona en la que vivo hay algunas casas algo aisladas en las que debían de vivir familias enteras que no creo que se movieran nunca de su entorno más inmediato. Lo pienso casi siempre que veo, más cerca o más lejos de la carretera, casas así, que por aquí les llaman "torres".
Me sorprende, por eso, que la zona inferior esté movida y en cambio la casa y el árbol aparecen nítidos. Imagino que la hiciste en movimiento, pero debería estar toda en movimiento. De todas formas, me gusta cómo las líneas te conducen la mirada hacia la casa.
Una foto común y corriente, pero... hay algo que lo hace especial. Voy a pensar lo que es.
ResponderEliminarQué buenas estas fotos en las aque parece que es la tierra en realidad la que se mueve y no el observador
ResponderEliminarCada día me gusta más el blanco y negro.
ResponderEliminarUn encuadre con mucho intención para que la mirada vaya al punto donde está el interés.
un abrazo
Cercanía-lejanía, reforzada por la velocidad que se ve en primer plano.
ResponderEliminarLa casa como metáfora de una persona - sola pero acompañada de un árbol (a la derecha), más los árboles que la rodean y protegen.
El fotógrafo que ha visto eso...
El que mira y piensa esto y otras cosas (no somos solos, sino siempre en compañía de otros).
Un abrazo
La foto tiene algo, pero cuesta bastante identificarlo claramente. Parece que el interés visual está en el lado izquierdo, que es donde suceden las cosas, aunque no todo está en ese lado. Son agradables las formas, también las de los surcos, y, en general, el contraste entre blancos y negros, o grises. Tanto la casa como el árbol (único), y también el campo que los rodea son elementos conocidos por todos, habituales en cualquier sitio, aunque peculiares también en cada sitio. Sugieren algo conocido, y, para alguien de ciudad, pueden evocar una vida distinta, o una vida como la de los cuentos infantiles. Hay otro aspecto: ¿por qué sólo hay un árbol?. Seguramente han ido desapareciendo otros que debía de haber. Es poco probable que siempre haya habido sólo uno, y la casa no estuviera algo más protegida. Ahora no es probable que viva nadie, pero hace tiempo sí. Un comentarista de Jesús Miramón, Portorosa, escribía en su blog (Un hombre sentado en una silla, se llama, en Galicia) sobre el hecho de que personas mayores que conoció no hubieran ido nunca al mar, a pesar de vivir a menos de cinco kilómetros. Por esta zona en la que vivo hay algunas casas algo aisladas en las que debían de vivir familias enteras que no creo que se movieran nunca de su entorno más inmediato. Lo pienso casi siempre que veo, más cerca o más lejos de la carretera, casas así, que por aquí les llaman "torres".
ResponderEliminarUn abrazo, Giovanni
Hola, Miguel, hay bastante de casualidad en estas fotos, no siempre salen bien, o medio bien.
ResponderEliminarUn saludo
A mí también me gusta cada vez más el blanco y negro, dice cosas distintas al color.
ResponderEliminarUn saludo, Luis
Me sorprende, por eso, que la zona inferior esté movida y en cambio la casa y el árbol aparecen nítidos.
ResponderEliminarImagino que la hiciste en movimiento, pero debería estar toda en movimiento.
De todas formas, me gusta cómo las líneas te conducen la mirada hacia la casa.
Es casualidad, David. Estoy convencido de que, a pesar de que creemos que lo controlamos todo, hay aspectos en los que la máquina hace lo que quiere.
ResponderEliminarUn saludo