Me gustan los grises, la nitidez, y la perspectiva de pequeño que ve tooodo grande, como la hormiga que mira a nosotros y ve llegar el suelo de un zapato, uno solo basta para matar. Me gusta también el cochecito, es simpático, como de un cuento de algún libro de oro (el mejor es para mí ese libro de oro en que los padres le regalen al chico, su hijo, una pequeña bicicleta roja y le prohíben de salir del jardín, pero por supuesto él sale y... lo he leído a voz alta para mis hijos decenas de veces).
Me gusta mucho por los tonos que has logrado y por como la pata de la silla tiene volumen gracias a este buen trabajo de grises en toda su gama. El encuadre es lo que menos me gusta por aquello de que a mi las fotos de arriba a abajo me gustan poco, pero por lo demás realmente sensacional. Un abrazo
Me gusta lo que cuentas sobre tus hijos. Estoy seguro de que se acuerdan todavía hoy. Este punto de vista, parecido a un gigante que mira a una hormiga, o al revés, es, a veces, interesante, y a veces el único posible en un lugar público. Como te he dicho otras veces, en el bar El Frontón hay, desperdigados, juguetes de niños que los dejan por allí, o quizás son del mismo bar, también podría ser.
Reconozco, Luis, que en blanco y negro salen mejor este tipo de fotografías, por una parte, y por otra, siempre me parece más fácil, para mí, hacer fotos en blanco y negro que en color, veo a Binéfar así.
Mi primera impresión ha sido considerarme un gigante, que mira hacia abajo, hacia un coche de juguete desprevenido. Me gusta la perspectiva, y la sencillez de la foto. Un abrazo.
Me gustan los grises, la nitidez, y la perspectiva de pequeño que ve tooodo grande, como la hormiga que mira a nosotros y ve llegar el suelo de un zapato, uno solo basta para matar. Me gusta también el cochecito, es simpático, como de un cuento de algún libro de oro (el mejor es para mí ese libro de oro en que los padres le regalen al chico, su hijo, una pequeña bicicleta roja y le prohíben de salir del jardín, pero por supuesto él sale y... lo he leído a voz alta para mis hijos decenas de veces).
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta mucho por los tonos que has logrado y por como la pata de la silla tiene volumen gracias a este buen trabajo de grises en toda su gama.
ResponderEliminarEl encuadre es lo que menos me gusta por aquello de que a mi las fotos de arriba a abajo me gustan poco, pero por lo demás realmente sensacional.
Un abrazo
Me gusta lo que cuentas sobre tus hijos. Estoy seguro de que se acuerdan todavía hoy. Este punto de vista, parecido a un gigante que mira a una hormiga, o al revés, es, a veces, interesante, y a veces el único posible en un lugar público. Como te he dicho otras veces, en el bar El Frontón hay, desperdigados, juguetes de niños que los dejan por allí, o quizás son del mismo bar, también podría ser.
ResponderEliminarUn abrazo
Reconozco, Luis, que en blanco y negro salen mejor este tipo de fotografías, por una parte, y por otra, siempre me parece más fácil, para mí, hacer fotos en blanco y negro que en color, veo a Binéfar así.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi primera impresión ha sido considerarme un gigante, que mira hacia abajo, hacia un coche de juguete desprevenido. Me gusta la perspectiva, y la sencillez de la foto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro de que te guste, David, un abrazo
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