Genial!!!, este año también he hecho algunas etapas del Camino, desde Saint Jean Pied de Port hasta Logroño, las fotos con las sombras son para mí efímeras y especiales.
Buon giorno. Un poco antes o un poco después el árbol estaría totalmente centrado, ya ves. Sucede a menudo durante el Camino de Santiago, y las fotos son así, sin preparación y sin parar de andar.
Yo he hecho el Camino un par de veces, pero solo la parte gallega. Y lo que más me llamó la atención de "desplazarme" andando es el cambio de referencias, cómo las distancias, de repente, son otra cosa; cómo un tramo despreciable en coche se convierte en una verdadera separación, en algo que cuesta trabajo salvar. En concreto, algo muy interesante y casi fascinante para mí era el tiempo durante el cual estabas viendo algo. Es decir, la cantidad de tiempo que transcurría desde que aparecía hasta que lo perdías de vista, cuánto rato lo podías contemplar. Dicho de otra forma: cuánto tiempo podías, también, pensar en él. Era algo nuevo, algo que, habitualmente, jamás podemos hacer. Es de perogrullo, ya lo sé, pero me parece increíble lo mucho que nos habrán influido este (el del transporte) y otros avances tecnológicos. En nuestra relación con los demás, con el mundo físico y, cómo no, con nosotros mismos.
Bueno, pues eso. ¡Sí que me he despertado charlatán, hoy! Un abrazo.
Nosotros hacemos, desde hace seis o siete años unos 80 kilómetros cada verano. Lo hacemos de manera bastante relajada, la verdad, no llegamos a cansarnos mucho. Comenzamos en Somport, Pirineo de Huesca y vamos por Astorga. Nos quedan unos años, pero no tengo prisa. No sé si es lo más interesante, pero mirar con los ojos muy abiertos creo que ya es bastante. Todo está ahí, en los pueblos y caminos por los que pasas, en la gente que camina, cada uno a su manera, y en lo que adivinas detrás de lo que ves. Y en lo que has leído. Y en cómo transcurre el tiempo, de manera diferente. Lo explicas perfectamente tú. Creo que los avances en transporte han hecho que el ámbito personal de cada uno tenga orillas, cuando antes parecía que más allá de 200 kilómetros estaba el fin del mundo. De Binéfar a La Coruña hay 915 kilómetros, que pueden hacerse en menos de un día. Hace no tanto tiempo un habitante de cualquier aldea gallega probablemente salía de ella, al cabo del año, en un par de ocasiones para ir a un pueblo más grande. No te oculto que muchas veces sigo quedándome asombrado de nuestra relación con nosotros mismos.
Eso debería ser, Isabel. Hay tramos del Camino de Santiago en los que la sombra de los árboles es escasa, porque no hay o porque son, todavía, demasiado pequeños. En fin.
Son, como la mayor parte del Camino de Santiago, de aquí te pillo y aquí te mato. Creo que la sombra de la derecha es la mía, debían de ser las ocho de la mañana, por eso esa luz.
Excelente la sombra en el frontón. Parece una proyección de la realidad sobre él. Al menos a mí me lo parece, aunque creo que debe influir que de niño, durante las vacaciones en el pueblo, nos proyectaban películas en la pared del frontón. Me ha encantado.
Genial!!!, este año también he hecho algunas etapas del Camino, desde Saint Jean Pied de Port hasta Logroño, las fotos con las sombras son para mí efímeras y especiales.
ResponderEliminarSaludos José Luís
Durante el Camino sucede muchas veces. Este año hemos acabado muy ceca de Astorga, donde continuaremos el verano que viene, espero.
EliminarUn abrazo
¡Coño, qué guay! He tardado unos segundos en darme cuenta de que era una sombra y no un mural.
ResponderEliminarBuon giorno.
Buon giorno. Un poco antes o un poco después el árbol estaría totalmente centrado, ya ves. Sucede a menudo durante el Camino de Santiago, y las fotos son así, sin preparación y sin parar de andar.
EliminarUn abrazo
Yo he hecho el Camino un par de veces, pero solo la parte gallega. Y lo que más me llamó la atención de "desplazarme" andando es el cambio de referencias, cómo las distancias, de repente, son otra cosa; cómo un tramo despreciable en coche se convierte en una verdadera separación, en algo que cuesta trabajo salvar.
EliminarEn concreto, algo muy interesante y casi fascinante para mí era el tiempo durante el cual estabas viendo algo. Es decir, la cantidad de tiempo que transcurría desde que aparecía hasta que lo perdías de vista, cuánto rato lo podías contemplar. Dicho de otra forma: cuánto tiempo podías, también, pensar en él. Era algo nuevo, algo que, habitualmente, jamás podemos hacer.
Es de perogrullo, ya lo sé, pero me parece increíble lo mucho que nos habrán influido este (el del transporte) y otros avances tecnológicos. En nuestra relación con los demás, con el mundo físico y, cómo no, con nosotros mismos.
Bueno, pues eso. ¡Sí que me he despertado charlatán, hoy!
Un abrazo.
Nosotros hacemos, desde hace seis o siete años unos 80 kilómetros cada verano. Lo hacemos de manera bastante relajada, la verdad, no llegamos a cansarnos mucho. Comenzamos en Somport, Pirineo de Huesca y vamos por Astorga. Nos quedan unos años, pero no tengo prisa. No sé si es lo más interesante, pero mirar con los ojos muy abiertos creo que ya es bastante. Todo está ahí, en los pueblos y caminos por los que pasas, en la gente que camina, cada uno a su manera, y en lo que adivinas detrás de lo que ves. Y en lo que has leído. Y en cómo transcurre el tiempo, de manera diferente. Lo explicas perfectamente tú.
EliminarCreo que los avances en transporte han hecho que el ámbito personal de cada uno tenga orillas, cuando antes parecía que más allá de 200 kilómetros estaba el fin del mundo. De Binéfar a La Coruña hay 915 kilómetros, que pueden hacerse en menos de un día. Hace no tanto tiempo un habitante de cualquier aldea gallega probablemente salía de ella, al cabo del año, en un par de ocasiones para ir a un pueblo más grande. No te oculto que muchas veces sigo quedándome asombrado de nuestra relación con nosotros mismos.
Un abrazo
Así debería ser, el árbol y su sombra siempre presente, para recordarnos que gracias a él respiramos.
ResponderEliminarBuen camino.
Eso debería ser, Isabel. Hay tramos del Camino de Santiago en los que la sombra de los árboles es escasa, porque no hay o porque son, todavía, demasiado pequeños. En fin.
EliminarUn abrazo
Como ocurre a menudo, lo mejor del frontón estaba precisamente detrás. Qué pequeñas y ridículas resultan las pintadas.
ResponderEliminarGran foto, José Luis.
Sólo mirando ya es interesante el Camino. Me parece que la Naturaleza es la escuela de la mirada, como este árbol.
EliminarUn abrazo
Like the shadow of a tree photograph. It's beautiful. Congratulations.
ResponderEliminarCoincidences that happen during the Camino de Santiago.
Eliminarregards
Buenísima, José Luis. Y qué verde más interesante el de ese frontón. Me encantan los colores de tus fotografías.
ResponderEliminarSon, como la mayor parte del Camino de Santiago, de aquí te pillo y aquí te mato. Creo que la sombra de la derecha es la mía, debían de ser las ocho de la mañana, por eso esa luz.
EliminarUn abrazo
Como convertir un seco paisaje y un oxidado fronton, en una original foto donde la sombra del arbol luce de verde.
ResponderEliminarPasaba por allí, el mérito es del sol, anónimo.
ResponderEliminarJoer, la sombra parece un grafiti, cómo se integra en el frontón.
ResponderEliminarGenial, José Luis.
Abrazos.
Digo lo mismo que anteriormente: el mérito es del sol, yo sólo pasaba por allí, casualmente.
EliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gusta el grafiti que cada día ha de variar en posición y horario y que tú atrapaste para nosotros.
ResponderEliminarCasualmente pasamos a la hora precisa, me quedé bastante sorprendido.
EliminarUn abrazo
Excelente la sombra en el frontón. Parece una proyección de la realidad sobre él. Al menos a mí me lo parece, aunque creo que debe influir que de niño, durante las vacaciones en el pueblo, nos proyectaban películas en la pared del frontón.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Creo que hay algo de mágico y de juego en la foto, en color también. Un abrazo
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