Sí me lo pareció, y como no hay tanta gente como en otros sitios, puedes mirar tranquilo, sin prisas. En el faro Prioriño tardamos un tiempo en darnos cuentas (estábamos solos) de que lo que se veía frente a nosotros no era, como pensábamos, Ferrol, sino La Coruña. Eso fue cuando vimos la Torre de Hércules, pero tardamos un tiempo. Estaban descargando un barco de carbón, quizás, un poco más abajo de donde estábamos nosotros. Hice, por supuesto, fotos a Os Agullóns, pero no se diferencian mucho de las que pueda hacer cualquier turista, por eso, aquí, pongo alguna foto que no sea la típica, porque esas ya las habéis visto otras veces, y están al alcance de cualquiera en Internet.
Vicedo, el pueblo, no es demasiado bonito, como habrás comprobado. Sin embargo todo lo que lo rodea (vengo de nuevo de pasar allí el fin de semana) cada vez me gusta más. Ojalá lo disfrutases tú también; aunque me hubiera encantado enseñártelo.
Bueno, según con qué otro pueblo lo compares. Pones el listón muy alto. A mí no me pareció tan feo, pero no iba con la mirada de encontrar defectos, precisamente. Llegamos hasta una fábrica abandonada que hay al final de una calle a la derecha del muelle, si no recuerdo mal.
Las fotos están en Nuevas fotos y nuevos fotógrafos, un post de enero. Sale incluso el jardín de la casa, que es un bungaló de madera, cien metros antes de la fábrica.
Vi la casa, de madera oscura, y un Opel Astra en la puerta. Recuerdo la casa porque es como un bungalow, y por allí iban chicos y chicas jóvenes a una playa, además de haber dejado aparcados, otros, los coches por allí. Tengo un Opel Meriva, y un Corsa, pero he tenido Astra también (hago muchos kilómetros al cabo del año). Conozco todo eso a través de tus ojos, como conozco parte de Holanda, sin haber estado nunca, a través de los ojos de Giovanni. Son, los dos lugares, muchísimo más bonitos que Binéfar, que conocéis a través de los míos y que, sorprendentemente, y eso lo hemos comentado con Jesús a veces, os gusta, supongo que más por nuestra mirada que por su belleza objetiva, digamos.
Sí, era el coche del señor que pasa allí agosto, también alquilado. Precisamente lo conocí hace dos fines de semana. Fue curioso, porque, aunque la casa no es mía, lo veía como si fuese "mi" inquilino.
Como decía no sé quién (e incluso lo cité yo en mi blog hace tiempo), el paisaje que vemos es una mitad paisaje y otra, el que mira el paisaje.
Para el paisaje habitual creo que tú empleas, normalmente, la mirada estética, y yo, por obligación, normalmente, la de geografía humana. Pero ambos, y probablemente todos, las mezclamos.
Quiero decir que la mirada estética como habitualmente se entiende, aquí, en Binéfar, en el día a día encuentra pocos lugares habituales donde practicar, para eso debo ir unos kilómetros más arriba, hacia el Pirineo. Hace tiempo me impuse encontrar, en medio de naves industriales, granjas en las que viven encerrados la mayor parte del tiempo miles de terneros, cerdos o pollos, casas de campo semiabandonadas, maquinaria agrícola variada, artefactos enormes para el riego, calles anodinas con fachadas anodinas (esa mezcla que se produce en muchos sitios de casas viejas, casas nuevas, polígono industrial, solar, restos de obras, o de maquinaria, todo sin mucho orden ni acierto), me propuse encontrar obligatoriamente, como digo, la belleza, y a veces la belleza unida a la emoción o a la inteligencia. La mirada del geógrafo que sume la mirada del territorio físico a la mirada económica y humana ayuda. El cambio de estación hace que algo cambie, pero obtener placer estético del paisaje habitual de aquí, el cercano, requiere entrenamiento y esfuerzo.
Bastante profundo, alto, no para estar, pasar tiempo, sin barrera. Me gusta la inclusión de la oreja y su adorno (en holandés se llama oorbel o sea campana de oreja), que enfatiza la altura.
Bueno, en este caso es el encuadre el que le da cierta gracia a la foto, aunque yo sigo viéndola como una fotografía de recuerdo, que no es poco en los viajes que solemos hacer la mayoría, o sea, viajes de turismo.
Qué original, la foto.
ResponderEliminar¿Te gustó Ortegal, con sus Agullóns? ¿No te pareció impresionante?
Sí me lo pareció, y como no hay tanta gente como en otros sitios, puedes mirar tranquilo, sin prisas. En el faro Prioriño tardamos un tiempo en darnos cuentas (estábamos solos) de que lo que se veía frente a nosotros no era, como pensábamos, Ferrol, sino La Coruña. Eso fue cuando vimos la Torre de Hércules, pero tardamos un tiempo. Estaban descargando un barco de carbón, quizás, un poco más abajo de donde estábamos nosotros. Hice, por supuesto, fotos a Os Agullóns, pero no se diferencian mucho de las que pueda hacer cualquier turista, por eso, aquí, pongo alguna foto que no sea la típica, porque esas ya las habéis visto otras veces, y están al alcance de cualquiera en Internet.
ResponderEliminarUn abrazo
En Vicedo no hice fotos, ya están las tuyas.
Vicedo, el pueblo, no es demasiado bonito, como habrás comprobado. Sin embargo todo lo que lo rodea (vengo de nuevo de pasar allí el fin de semana) cada vez me gusta más. Ojalá lo disfrutases tú también; aunque me hubiera encantado enseñártelo.
EliminarUn abrazo.
Bueno, según con qué otro pueblo lo compares. Pones el listón muy alto. A mí no me pareció tan feo, pero no iba con la mirada de encontrar defectos, precisamente. Llegamos hasta una fábrica abandonada que hay al final de una calle a la derecha del muelle, si no recuerdo mal.
EliminarUn abrazo
Uf... Pasasteis literalmente junto a "mi" casa!! En esa fábrica me meto yo a menudo con los niños. Puse fotos en el blog en enero o febrero.
EliminarParece mentira, que hayas estado tan cerca y, sobre todo, en un paisaje tan íntimo para mí. Qué pena me da no habértelo podido enseñar...
Un abrazo.
Las fotos están en Nuevas fotos y nuevos fotógrafos, un post de enero. Sale incluso el jardín de la casa, que es un bungaló de madera, cien metros antes de la fábrica.
EliminarVi la casa, de madera oscura, y un Opel Astra en la puerta. Recuerdo la casa porque es como un bungalow, y por allí iban chicos y chicas jóvenes a una playa, además de haber dejado aparcados, otros, los coches por allí. Tengo un Opel Meriva, y un Corsa, pero he tenido Astra también (hago muchos kilómetros al cabo del año). Conozco todo eso a través de tus ojos, como conozco parte de Holanda, sin haber estado nunca, a través de los ojos de Giovanni. Son, los dos lugares, muchísimo más bonitos que Binéfar, que conocéis a través de los míos y que, sorprendentemente, y eso lo hemos comentado con Jesús a veces, os gusta, supongo que más por nuestra mirada que por su belleza objetiva, digamos.
EliminarUn abrazo
Sí, era el coche del señor que pasa allí agosto, también alquilado. Precisamente lo conocí hace dos fines de semana. Fue curioso, porque, aunque la casa no es mía, lo veía como si fuese "mi" inquilino.
EliminarComo decía no sé quién (e incluso lo cité yo en mi blog hace tiempo), el paisaje que vemos es una mitad paisaje y otra, el que mira el paisaje.
Un abrazo.
Para el paisaje habitual creo que tú empleas, normalmente, la mirada estética, y yo, por obligación, normalmente, la de geografía humana. Pero ambos, y probablemente todos, las mezclamos.
EliminarUn abrazo
¿Por obligación?
Eliminar(Yo sí hago eso. De hecho, siempre pienso que si supiera pintar pintaría muchos paisajes.)
Quiero decir que la mirada estética como habitualmente se entiende, aquí, en Binéfar, en el día a día encuentra pocos lugares habituales donde practicar, para eso debo ir unos kilómetros más arriba, hacia el Pirineo. Hace tiempo me impuse encontrar, en medio de naves industriales, granjas en las que viven encerrados la mayor parte del tiempo miles de terneros, cerdos o pollos, casas de campo semiabandonadas, maquinaria agrícola variada, artefactos enormes para el riego, calles anodinas con fachadas anodinas (esa mezcla que se produce en muchos sitios de casas viejas, casas nuevas, polígono industrial, solar, restos de obras, o de maquinaria, todo sin mucho orden ni acierto), me propuse encontrar obligatoriamente, como digo, la belleza, y a veces la belleza unida a la emoción o a la inteligencia. La mirada del geógrafo que sume la mirada del territorio físico a la mirada económica y humana ayuda. El cambio de estación hace que algo cambie, pero obtener placer estético del paisaje habitual de aquí, el cercano, requiere entrenamiento y esfuerzo.
EliminarUn abrazo
Una preciosa mirada hacía el mar.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo, Luis.
EliminarUn abrazo
Me ha gustado esta foto. Cercanía y lejanía en un encuadre original.
ResponderEliminarSaludos
Me pareció que podía ser una de las maneras de poner de manifiesto la grandiosidad de lo que veíamos.
EliminarUn abrazo
Bastante profundo, alto, no para estar, pasar tiempo, sin barrera. Me gusta la inclusión de la oreja y su adorno (en holandés se llama oorbel o sea campana de oreja), que enfatiza la altura.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi mujer lleva el pelo corto, por eso es fácil hacer fotos de este tipo, porque se ve el pendiente (oorbel) que ayuda a enfatizar la altura.
EliminarUn abrazo
Esta foto es todo oidos: llega entrecortada la voz del barco entre el rumor infinito del mar.
ResponderEliminarMuy, muy sugerente.
Donde estábamos no llegaba a oirse el ruido del motor del barco, por el aire sobre todo. Es un escenario grandioso.
EliminarUn abrazo
Excelente encuadre, nos da idea de lo alto, de la distancia de vértigo que se encuentra el espectador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, chapiniki, tu mirada es idéntica a la mía.
EliminarUn abrazo
Me gusta el encuadre que, como bien dice Chapiniki, nos da referencia de la distancia a la que estábais. Muy buena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, en este caso es el encuadre el que le da cierta gracia a la foto, aunque yo sigo viéndola como una fotografía de recuerdo, que no es poco en los viajes que solemos hacer la mayoría, o sea, viajes de turismo.
EliminarUn abrazo